Una sociedad no es -no debería ser- un conjunto de clubes en que cada
uno se relaciona solo con sus iguales. En ese modelo, a un niño se le
cercena una parte importantísima de su desarrollo. En ese modelo, se
crea el caldo de cultivo de la exclusión social y el miedo al diferente;
se refuerzan prejuicios, estereotipos, discriminación. Se alienta la
intolerancia religiosa y la xenofobia. El clasismo, también. ¿Cuántos
coles no funcionan, de hecho, como esa Unión Europea a la que tanto criticamos, y en nombre de sus "valores" los traicionan vergonzosamente en sus prácticas?
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