los libros voladores

El pasado sábado se celebró el Día Internacional del Libro Infantil. Aprovechamos la ocasión para recordar la importancia de las bibliotecas escolares, así como para denunciar el progresivo abandono que estas han sufrido por parte de nuestras administraciones; aunque el discurso oficial pueda hablar en ocasiones con notable hipocresía de los beneficios incuestionables de la lectura desde la más tierna infancia, lo cierto es que la LOMCE, que omite por completo el papel de estos espacios en los centros educativos, ha venido a darles la puntilla definitiva. Así, abandonadas a su suerte, las bibliotecas escolares sobreviven (cuando no malviven bajo una capa de polvo), gracias a la voluntad de algunos equipos directivos y a la dedicación de ciertos docentes convencidos del valor que poseen en el aprendizaje de niños y niñas. Pocas noticias se publican acerca de esta situación, pero lo cierto es que en los horarios de los maestr@s y profesor@s apenas se contemplan tiempos para atender la gestión y dinamización de la biblioteca escolar, que incluso en ocasiones es ocupada, a falta de otros espacios, como un aula más o (y esto es especialmente sangrante) como “aula de castigo”. Desde Yo estudié en la pública demandamos la necesidad de hacer de las bibliotecas escolares espacios vivos donde l@s alumn@s puedan escuchar y leer historias, intercambiar recomendaciones de sus lecturas preferidas, reconocerse a sí mismos en los personajes de un libro, desarrollar su imaginación, emocionarse, reír, descubrir otros mundos posibles. Asimismo, los centros educativos deberían contar con los recursos suficientes para poder abrir también las puertas de las bibliotecas a las familias de su alumnado, y compartir con ellas los fondos que el colegio o el instituto pone a su alcance. Omitir la función que la biblioteca escolar cumple en la educación de los más pequeños equivale a asumir, una vez más, que solo accederán a los libros aquellos cuyas familias cuenten con los recursos y la motivación suficientes para comprarlos. 

Fuente : Yo estudi en la pública ( Facebook )