Ayer conocíamos al fin los dichosos currículos, elaborados y
tramitados con la mayor opacidad posible. Aprobarlos en el último
Consejo de Ministros del año y publicarlos en BOE un sábado 3 de enero
no parece que sean gestos de una decidida voluntad de transparencia.
Tiempo habrá de leerlos y analizarlos despacio, pero la sola lectura del
preámbulo provoca una mezcla de asombro, estupefacción e indignación. (http://boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2015-37).
1.- Por el cinismo con que pretenden negar el proceso tan
antidemocrático seguido en su elaboración. Afirman textualmente haber
consultado a "los organismos y organizaciones más representativas" - ya,
la Conferencia Episcopal y la Comisión Nacional del Mercado de Valores-
y "en general a toda la comunidad educativa a través de un trámite de
información pública" -un opaco buzón de correo en la web del Ministerio
cuyo contenido solo ellos conocen-.
- Porque desprecian el
ulterior trabajo que han de hacer autonomías y profesionales de la
educación en su desarrollo. No hay ya tiempo material para aplicarlos en
el curso próximo. A las Comunidades que se han atrevido a insinuarlo se
les ha sugerido que copien el desarrollo curricular de Ceuta y Melilla.
(http://www.lne.es/…/educacion-plantea-asturias…/1692548.html).
- Porque mantienen una mirada enciclopédica, disciplinar y fragmentaria
que hace imposible que nadie -y mucho menos el alumnado- se haga una
composición global y transdisciplinar de los aprendizajes requeridos. ¡Y
eso que es, dicen, un decreto de mínimos!
- Porque están presididos por la incoherencia: muchos de los bellos principios del preámbulo no vuelven a aparecer en los 378 folios
siguientes. Para eso se cargaron la asignatura de Educación para la
Ciudadanía. Pero ni rastro además en las que quedan. Valga un ejemplo.
Se habla de combatir los estereotipos que supongan discriminación, pero
entre los más de 200 estándares de aprendizaje de la asignatura de
Lengua Castellana y Literatura ninguno tiene que ver con detectar usos
discriminatorios del lenguaje.
- Porque pone al mismo nivel -el
de los "elementos transversales"- la igualdad entre hombres y mujeres,
la educación para la paz, la alimentación y la salud, el desarrollo
sostenible... y el respeto al empresario. (¡Sic!).
- Porque
introduce una infinita retahíla de estándares de aprendizaje para cada
materia que presuntamente deben "contribuir y facilitar el diseño de
pruebas estandarizadas y comparables". Pero son más de 1000. Por ahora.
- Porque reinstaura las revalidas, diseñadas a solas por el Gobierno.
Por tanto, serán estas las que determinen cuáles de los antedichos
"estándares de aprendizaje" cotizan en el mercado y cuáles son
perfectamente prescindibles.
- Porque reduce la participación de
padres, madres y tutores legales en el proceso educativo a la mínima
expresión. Ver art. 8 (Y sí, se ve rápido).
- Porque proclama una
presunta "autonomía de los centros" que la propia arquitectura de la
ley y la voraz política de recortes niega e imposibilita a todas luces.
- Porque dedica unas bellas palabras al alumnado con necesidad
específica de apoyo educativo al tiempo que se le han robado todos los
apoyos.
- Porque se habla de "promover el hábito de la lectura", pero ni rastro de mención a las Bibliotecas escolares.
- Porque
ligar el tratamiento de la diversidad y el aprovechamiento de los
recursos disponibles -ahora que se lo han llevado todos- invita a
organizar grupos homogéneos estratificados académicamente. Tamaña
contradicción es la mejor alegoría de la LOMCE toda.
(Lo dejamos por hoy. Hay muchas más razones para llevarse las manos a la cabeza y salir inmediatamente a la calle...).
Fuente : Yo estudio en la publica.
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